RESULTADOS POSTERIORES ENTREVISTA CON C.

       Los padres de C. aparecen sensibles y temerosos.  Ellos se dan cuenta de que lo que le sucede a su hijo no es del orden de ser vago como pudiera dar en una primera impresión pero, no dan un paso decidido hacia la consulta sino que, a pesar de su desacuerdo, se dejan llevar.  

       Durante la entrevista con la madre, ésta nos relataba que no tuvo un parto fácil, sufría depresión (el padre no contrarresta), "estaba decaída y pesimista".  De recién nacido, C. lloraba mucho.  Era de poca vida y la madre lo forzaba a comer pero luego se dio cuenta de que "era peor".  "Hasta los tres o cuatro años siempre estaba enfermo y yo siempre preocupada":  fiebre, resfríos, otitis, amigdalitis...   A temporadas tomó antibióticos continuamente.  Antes de los tres o cuatro años tuvo varias crisis de apnea paroxística ( más conocida como dificultad respiratoria mientras se está acostado ).

        C., de pequeño, "prefería los juegos quietos.  Con cochecitos y motos podía pasar horas jugando.  También era aficionado a la pelota, pero no lo dejábamos salir a jugar con amigos porque fácilmente enfermaba y temíamos que pasara algo".

      En cuanto a la evolución del habla solamente destaca que usaba "palabras infantiles o medias palabras" y que "actualmente se hace entender".

      Durante la entrevista con C., observamos lo siguiente:  aspecto agradable y buen contacto, mirada directa, relación interpersonal adecuada a la situación.  Tono ligeramente depresivo.  Lento y reflexivo, algo ansioso, pero progresivamente va mostrándose más relajado.  Tiene dificultad para expresarse oralmente y su relato tiene poca hilación y no es fácil de seguir.

          Lee con muchos titubeos y confundiendo letras pero comprende lo esencial de lo que lee.  Grafismo irregular, aceptablemente evolucionado, con errores de tipo disléxico y faltas de ortografía convencional.  Quedamos a la espera de los resultados del Test pasado para delimitar su nivel de lectura real.

             Por otro lado, aconsejamos pasar también el test de inteligencia WISC, así como la prueba de Bender, para delimitar si realmente nos encontramos ante un caso de lo que denominaríamos, dislexia.